Cuando
conocí el Reiki buscaba, como casi siempre, un método nuevo que pudiera
servir a mi mujer para superar algunos de sus problemas, y me pasó lo
mismo que cuando conocí la acupuntura o la homeopatía, me enganché.
Utilizo la acupuntura como paciente de manera habitual cuando tengo
problemas con mis hernias de disco, y he utilizado la homeopatía conmigo
y con mis hijos desde hace casi veinte años. Las dos técnicas me
hablaban de lo mismo, la acupuntura estimula determinados puntos por los
que fluye energía en el cuerpo y que cuando se bloquean manifiestan
estos bloqueos con síntomas, a los que muchas veces llamamos
enfermedades. La homeopatía me decían que lo que hacía era utilizar la
energía de los componentes que usa para conseguir que el propio cuerpo
movilice su energía y produzca la sanación. Cuando me acerqué al reiki
volvían a hablarme de energía. Todo es energía en diferentes grados de
vibración. Todo, las emociones, los sentimientos, todo tiene un
componente energético. Mi cuerpo es en realidad un canal por el que
continuamente discurre la energía. Cuando genero en mi emociones,
sentimientos, deseos. que no llego a expresar al exterior, la energía
que han generado esas emociones, sentimientos, etc. se queda bloqueada
dentro de mí..y eso produce enfermedades, físicas o psíquicas. o las dos
a la vez.
Recuerdo que cuando hice el Reiki I en la
reunión de presentación pregunté al que dirigía (John Curtin) ¿aquí es
necesario creer en algo?, porque a míi ya me cuesta bastante creer en lo
que creo, creo en Dios, creo en Jesucristo y trato de vivirlo. Si para
practicar Reiki es necesario creer en algo más pues lo siento. John me
dijo: "no, no hay que creer en nada, simplemente lo practicas y si te
vale para algo lo usas y si no no". Y eso es lo que hago. Cuando el nos
hablaba de ese tema de los bloqueos energéticos, recuerdo que conté que
yo trabajo con chavales en mi parroquia, y que a veces en las
convivencias que tenemos les enseño a relajarse, a respirar. y les
explico como se producen los bloqueos dentro de nosotros cuando se
dispara el sistema simpático sin ton ni son, cuando se nos provocan
respuestas físicas a situaciones que sólo se producen en nuestra mente,
pero que tienen repercusiones en nuestro cuerpo, como he visto casos de
personas que se han llegado a provocar una tetraplejia por un desencanto
amoroso, etc. Al final él decía lo mismo que yo, y yo conseguía añadir
una solución más a la simple relajación. El reiki ayuda, canalizando
energía, a que los bloqueos salgan a la luz y de este modo
desaparezcan.y no sólo eso, combinando el reiki con técnicas de
meditación llegamos a profundizar en los bloqueos y a descubrir su
causa. Descubrir el reiki era como añadir un enfoque más a la visión del
hombre.
Es verdad que a veces no estamos de
acuerdo. Reiki es energía universal, es la energía que hace que el
universo se mantenga en pie. Pero ¿cuál es el origen de esa energía?
Cuando yo de manera consciente quiero ser canal de transmisión de esa
energía ¿a quién le pido la energía? Para mí la esencia de esa energía
es el amor, y el amor procede de un Dios que es amor, que por amor crea
el universo, por tanto, cuando hago reiki me siento en contacto con Dios
y es a El a quien pido me ayude a ser transmisor de su amor. A mí no me
sale pedir nada al universo, el universo para mí es una obra de la
creación como lo soy yo, el universo como tal no tiene consistencia
personal, no es inteligente. Tal vez una de las experiencias más fuertes
y gratificadoras la tuve después de haber estado un fin de semana
haciendo meditaciones, localizando bloqueos, abriéndome a la emergía del
amor. Al lunes siguiente llegue a una Iglesia, me puse delante de Dios a
hacer oración, cerré los ojos, empecé a respirar y simplemente traté de
dejar que el amor de Dios me penetrara. fue alucinante.
Hay un precepto evangélico esencial que
dice "ama a tu prójimo como a tí mismo". A la mayoría de nosotros nos
han estado toda la vida explicando eso del amor al prójimo, pero que
pocas veces nos han hablado del amor a uno mismo. Al practicar reiki una
de las cosas más fascinantes y gratificantes que haces es que empiezas a
amarte a ti mismo. Por primera vez en mi vida empecé a dedicarme a mí
mismo casi una hora diaria, pero es una dedicación a mí mismo diferente,
porque cuando voy al gimnasio me dedico tiempo, o cuando oigo música, o
cuando practico mis hobbies, pero lo especial de practicar reiki es que
me dedico tiempo a mi mismo en silencio y me lo dedico desde dentro de
mí mismo, empiezo a escuchar mi cuerpo, le dejo hablar, comienzo a
identificar emociones, sentimientos. me empiezo a descubrir de otra
manera. Practicar reiki implica aprender a vivir el momento presente,
porque el presente es el único momento que tengo para vivir. Es verdad
que a veces dedicamos tiempo a mandar reiki al pasado, pero, al menos en
mi caso, lo hago con la intención de cubrir de amor cualquier huella
que el pasado haya dejado en mi presente.
Desde mi creencia profunda en un Dios
amor, en un Jesucristo que vino al mundo a enseñarnos los preceptos
esenciales del amor: que todos somos iguales, que hemos de amar al
prójimo como nos amamos a nosotros mismos. Creo en un dios que vino al
mundo a traer una explosión de vida y la vida es amor, no en un dios que
vino a morir, (aunque sepa que las consecuencias de su mensaje le
llevaran a aceptar la muerte) practico el Reiki, sabiendo que ni soy
omnipotente ni soy un mago, soy simplemente un hombre que acepta esa
explosión de vida, de amor, y que quisiera transmitirla a los que le
rodean.
El reiki llegó a mi vida en un momento en
que empezaba a entender de manera vivencial que orar no es tanto
repetir muchas palabras, a veces distraído y a veces concentrado, que
orar es abrir el alma y el corazón a un Dios amor, orar es dejar que
Dios te penetre, que elimine todas tus resistencias, que transforme tu
ser en un ser de luz, en un ser de amor que se da a los demás. El reiki
me dice que me abra a la energía del amor, que deje que esa energía
fluya libremente por mí rompiendo bloqueos, ataduras, sanando todo mi
ser, y sirviendo de canal para que otros puedan sanar.
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